El cuadro de Ángel Comizzo ha tenido un mal arranque en 2014, pero ya en otras oportunidades la ‘U’ ha ido de menos a más.
“Esto recién comienza. Acuérdense cómo se arrancó la temporada anterior. Ahí también fuimos criticados pero salimos campeones. Que no se olvide la afición que recién hace un mes y medio le hemos dado una alegría”, indicó Ángel Comizzo tras la caída ante Vélez en el primer partido oficial de Universitario en el año.
Precisamente, el equipo crema tuvo un inicio bastante irregular durante la temporada pasada y alternó un par de buenas actuaciones con varias otras presentaciones decepcionantes, como por ejemplo la caída ante UTC en el Monumental o el empate sin goles ante Pacífico, incluso fue goleado 4-0 por Sporting Cristal.
En la segunda mitad del campeonato, Universitario cambió de perfil completamente, pues de los quince partidos jugados, los de Comizzo solo cayeron en una oportunidad (fue ante UTC de ‘Rafo’ Castillo). Luego llegaron las liguillas y solo cayeron en tres oportunidades. Así, Universitario llegó a los play offs y la fiesta fue merengue.
Pero esta no ha sido la primera ni la única vez que el cuadro de Ate logra remontar resultados complicados. De hecho, imponerse a la adversidad ha sido una marca registrada en Universitario desde el inicio de su historia.
En el 2010, Universitario tuvo el peor arranque en su historia pues en ninguna temporada había perdido sus tres primeros partidos. Cayó ante Inti Gas, luego ante Juan Aurich y después ante Sporting Cristal. Sin embargo, el histórico merengue remontó y terminó el torneo peleando objetivos importantes, incluso cerró su participación con una clasificación asegurada a la Copa Sudamericana.
Otra muestra es lo logrado en 2002, bajo la dirección de Ángel Cappa. Universitario llegó a estar a seis puntos de Alianza Lima a falta de siete fechas para el fin del Apertura. Los cremas, liderados por Chemo del Solar, alcanzaron al cuadro íntimo y forzaron una definición en la que ganaron en la ida por 1-0 y cerraron con una igualdad sin goles en Trujillo. La corona fue merengue. “¡Contra todo, contra todos!”, dijo el entrenador argentino en aquella celebración.