Awamaki fue formado originalmente en el año 2009 para apoyar a una cooperativa de diez mujeres tejedoras de Patacancha, una comunidad rural Quechua de los Andes del Perú.
Desde entonces, la organización ha crecido hasta incluir programas de fortalecimiento económico, educación y desarrollo de habilidades, creando una comunidad de turismo sustentable.
Los fundadores, Kennedy Leveans de Estados Unidos y Miguel Galdo de Perú, trabajaron con los predecesores de la organización por dos años, hasta fundar oficialmente Awamaki. Su misión, desde la fundación hasta hoy, es crear oportunidades económicas y bienestar social en la comunidad de Ollantaytambo de la mano de las mujeres tejedoras.
“Lo que viene de las manos de las mujeres es la forma más efectiva para sacar familias rurales y comunidades por fuera de la pobreza”, sostienen desde Awamaki. La organización trabaja con más de 150 mujeres y sus familias en forma de cooperativas, les provee entrenamiento en el arte de tejer y les facilita el acceso de sus productos al mercado.
A través de cinco cooperativas de mujeres artesanas y dos asociaciones de turismo comunitario, que incluyen a una cooperativa de mujeres que enseñan español, Awamaki crea productos únicos con materiales ecológicos para vender a los turistas locales y exportar.
El proceso hasta crear el producto consta de dos etapas fundamentales: el hilado y el tejido, todo hecho a mano. El hilado comienza en la alta montaña, donde conviven llamas, alpacas y ovejas. Mujeres y niños suelen esquilar sus ovejas una o dos veces al año, generalmente en noviembre, cuando el clima es más cálido.
Luego, se obtiene el material necesario para el hilado. Este proceso se realizaba tradicionalmente a mano, obteniéndose entre 30 y 60 gramos por día. Gracias a la inserción económica de Awamaki, dicho número se incrementó hasta en un 80 por ciento, con máquinas que permiten obtener hasta 250 gramos por día. Todo lo que se extrae de los animales es utilizado de alguna u otra forma: “Cero desperdicio”, es el lema de Awamaki.
El 78 por ciento de los ingresos monetarios de la organiación proviene de donaciones que se pueden realizar desde la página. Awamaki también recibe elementos tecnológicos, juguetes y suministros educativos para las tejedoras más jóvenes y sus familias.
Ropa para mujeres, accesorios como gorros y bufandas, mochilas y carteras son parte de lo que estas mujeres de Ollataytambo realizan día a día. Se pueden ver y comprar en su mercado online o los viajeros pueden adquirirlos al sumarse al programa de turismo sustentable que Awamaki ofrece.
Quien quiera ayudar, la organización recibe voluntarios. Además, se creó Awamaki Lab, donde estudiantes y diseñadores pueden realizar una pasantía y aprender de los diseños y tradiciones andinas para luego crear sus propias producciones. Las enseñanzas de las mujeres tejedoras permiten a estos jovenes llevar los diseños andinos al mercado internacional.
¿Qué te pareció la propuesta de Awamaki? ¿Te gustaron sus diseños?