El contacto de la sonda Philae con la nave Rosetta, que se interrumpió ayer a última hora de la tarde (a las 20 hora peninsular española) como estaba previsto al esconderse la nave por detrás del horizonte, se ha retomado esta mañana a las 7.00, según los expertos de la Agencia Europea del Espacio (ESA).
La comunicación era inestable al principio y se estabilizó a medida que la Rosetta se iba situando directamente por encima del lugar de aterrizaje de la sonda. Philae pudo transmitir así datos sobre el estado de sus sistemas y equipos y datos científicos sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko donde aterrizó ayer. A las 10.58 (hora peninsular), se interrumpió de nuevo el contacto de la sonda al volver a esconderse la nave tras el horizonte.
La Philae no se comunica directamente con la Tierra, sino a través de la nave en órbita y en la órbita actual, habrá dos ventanas de contacto con la sonda en el suelo del cometa cada día. Pero los responsables de control están preparando una maniobra de Rosetta para que se sitúe en una posición para adecuada para las comunicaciones.
Philae, al llegar ayer al suelo del cometa, no disparó los arpones que debían asegurar su sujeción allí, por lo que, aparentemente, y con los datos recibidos en las primeras horas, estaría fijada al suelo solo con los tornillos que lleva en las tres patas. Dado que el cometa es un objeto celeste, pequeño y de muy poca gravedad, el robot tiene que fijarse al suelo para no salir despedido al espacio otra vez.
Mientras la Rosetta ha recuperado su operación con total normalidad tras las maniobras de ayer.