Tras ser ejecutado a balazos en un pequeño pueblo de Bolivia de nombre La Higuera, el cadáver de Ernesto "Che" Guevara, fue trasladado en helicóptero al hospital de Vallegrande.
Allí, el Che fue expuesto en la sala de lavandería, para que los corresponsales extranjeros pudieran certificar que el revolucionario latinoamericano estaba efectivamente muerto.
"Tenía una barba negra y escasa, pelo largo apelmazado y la sombra de una cicatriz en la sien", describió el periodista británico Richard Gott, que había conocido al Che en vida y podía identificar su cadáver.
Ocho originales de fotos tomadas esos dos días han salido a la luz recientemente, cuando se cumple casi medio siglo (47 años) de la muerte de Guevara.
Estaban guardadas en una casa familiar en Castilistar, pueblo de la provincia española de Zaragoza.
Fue Luis Cuartero, misionero español destinado en Bolivia en aquellos años, quien las llevó a España pocos días después de la muerte del guerrillero, según asegura la familia que guarda las fotos.
"Mi tío llegó a España en barco para casar a mis padres entre finales de octubre y principios de noviembre de 1967", rememora en conversación con BBC Mundo Imanol Arteaga, sobrino del fallecido sacerdote.
El Che había muerto tiroteado por el ejército boliviano días antes, el 9 de octubre de 1967.