Entérate cuáles son las sustancias que convierten a estos productos en perjudiciales para nuestro organismo.
Hay alimentos que sin duda son deliciosos e irresistibles, pero que lamentablemente son dañinos para nuestra salud. Lo que sucede es que contienen ciertas sustancias que podrían llegar a ser tóxicas para nuestro cuerpo, ya sea porque están presentes originalmente (en sus ingredientes), o porque se han formado durante la cocción.
Embutidos y fiambres: los aditivos conocidos como nitratos y nitritos, se utilizan en carnes curadas y ahumadas, embutidos, fiambres, algunos quesos y conservas de pescado. Actúan como agentes antimicrobianos, mantienen el color, aportan textura y evitan el enranciamiento. Lo peligroso es cuando estas sustancias reaccionan en el cuerpo y se transforman en nitrosaminas, moléculas realmente dañinas para el organismo, y cuyo consumo excesivo se ha relacionado con diversos tipos de cáncer.
Papas fritas: cuando se someten alimentos de origen vegetal a altas temperaturas, (superiores a los 100° C) durante la fritura o el horneado, se forma una sustancia tóxica llamada acrilamida. Las papas fritas son los alimentos con mayor contenido de acrilamida, una compuesto neurotóxico y cancerígeno.
Gaseosas: no solo vienen cargadas de una excesiva cantidad de azúcar (hasta 11 cucharaditas de azúcar por lata) que predispone al sobrepeso y a la diabetes tipo 2, sino que además contienen ácido fosfórico o ácido cítrico, los cuales están relacionados con la pérdida de calcio de huesos y dientes. Asimismo, contienen sodio, cafeína y aditivos artificiales como colorantes, saborizantes y conservantes, cuyo consumo excesivo puede causar asma, erupciones en la piel e hiperactividad.
Carnes ahumadas o a la parrilla: cuando la grasa y los jugos de la carnes (res, aves, pescado o cerdo) que se asan directamente al fuego gotean y producen llamas, se forman dos sustancias químicas peligrosas: las aminas heterocíclicas y los hidrocarburos aromáticos polocíclicos, ambas cancerígenas. Estos compuestos se forman al cocinar las carnes a altas temperaturas (especialmente a más de 300 grados Fahrenheit) por un periodo prolongado.
Donuts: los nutricionistas consideramos que la parte más saludable de un donut es el agujero del centro. En general, los donuts y los pasteles elaborados industrialmente contienen entre 35% y 40% de grasas trans. Un donut puede aportar de 200 a 300 calorías en promedio, las cuales provienen básicamente de grasas y azúcares. Pero además, este tipo de pasteles contiene jarabe de maíz alto en fructosa (High fructose corn syrup), un ingrediente altamente refinado que sustituye al azúcar, y cuyo consumo excesivo se ha relacionado con cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y sobrepeso.
Teniendo en cuenta los daños que pueden causar estas sustancias en nuestro organismo, lo recomendable es evitar o limitar el consumo de alimentos procesados y aumentar la cantidad de alimentos naturales en la alimentación diaria. Consumir estos cinco alimentos con frecuencia podría desencadenar diversas enfermedades a mediano y largo plazo. Lo importante es no abusar de su consumo. Como dice la frase "una vez al año, no hace daño".